Olfato, plan y empatía, ingredientes del periodismo que cubre las migraciones

Periodistas de México, Argentina y El Salvador guiaron la tertulia ‘Cobertura de las migraciones: manejo de fuentes y reportería’ que aportó ideas e instrumentos para cubrir con profesionalismo los procesos de migración.

Continúa el ciclo de capacitación de 61 periodistas de Latinoamérica que participan en la ‘Sala de formación y redacción’ de Puentes de Comunicación, un proyecto de laDW Akademie junto a los medios Efecto Cocuyo, venezolano y El Faro, salvadoreño, apoyado por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania. 

Esta semana se organizó la segunda tertulia del proceso titulada ‘Cobertura de las migraciones: manejo de fuentes y reportería’. Participaron los profesionales Carolina Amoroso, reportera argentina del canal de televisión TN; Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro en El Salvador, y Patricia Mercado, mexicana, fundadora de Conexión Migrante.

Fue un encuentro virtual emocionante, dinámico, interesante. Los expositores compartieron de una manera generosa vivencias, reflexiones y anécdotas sobre coberturas periodísticas que han realizado. Afinar el olfato, diseñar un plan, construir una red de contactos y de fuentes y llenarse de empatía, algunos de los ingredientes más importantes que los invitados propusieron a la hora de colgarse la mochila, y de empacar lápiz, cámara y papel.

Brújula

A la hora de planificar la cobertura es indispensable saber cuál es el plan y el sentido del trabajo ideado o asignado, y configurar la brújula. El buen periodista, coincidieron los expertos, debe salir del escritorio, de la oficina con aire acondicionado, del salón en el que se organizan las ruedas de prensa. Su labor requiere caminar y embarrase las botas. Durante 13 años la migración ha sido el eje central de los proyectos de El Faro. Para Óscar Martínez es fundamental que el periodista que quiera cubrir este tema visite los territorios, viaje a las periferias en donde ocurre esta tragedia humanitaria.

Carolina Amoroso, por su parte, contó cómo comienzan a organizar su cobertura. “Lo primero es preguntarme ¿con que intención voy a cubrir? y ¿por qué estoy haciendo esto? La respuesta nunca tiene que estar relacionada con ganar una felicitación, un reconocimiento. El periodismo existe en la rebeldía, en que no nos dé lo mismo la tragedia ajena”, dijo. Bajo esas luces, contar historias con humanismo y producir una conversación incómoda, que interpele y cuestione, son sus premisas.

Un día de 2008 en Ciudad Juárez, México, Óscar Martínez conoció a un grupo de periodistas extranjeros que buscaba ser guiado para entrar a ese territorio con un alto flujo migratorio. El grupo de colegas le pidió a él y a otros colegas que se acercaran a una habitación de hotel. Sobre la cama había un casco similar al de los militares, un chaleco, y nos preguntaron si aquel equipo era el preciso para hacer la cobertura. “Esa era su lógica para entrar al territorio y hacer periodismo. Antes de hacerse preguntas esenciales sobre qué querían saber, era, cómo se tenían que vestir”, apunta.

Fuentes

El manejo de las fuentes fue otro eje de debate. No se trata solamente de las relaciones y de la interacción con las personas en el lugar que se visita. Comienza mucho antes informándose, leyendo libros y artículos, viendo películas o documentales que se han hecho al respecto, levantando el teléfono para hablar con contactos calificados. Estas crisis se conectan con procesos políticos, sociales, culturales, y es importante que el periodista aprenda y comprenda para darle contexto a su historia y a las audiencias. Este trabajo previo termina siendo definitorio.

En paralelo, construir una red de fuentes personales es imperativo. Los tres expertos hicieron énfasis en la importancia de su tarea. Patricia Mercado remarcó que para hacer un periodismo útil y ofrecer información de calidad que forme opinión crítica y permita tomar buenas decisiones, hay que llegar con un bagaje de conocimientos y de información. “Un periodista que cubre migración debe tener conocimientos básicos de derechos humanos, leyes o regulaciones migratorias de los países involucrados, saber cuáles son y qué papel están cumpliendo los organismos internacionales”, dice.

Amoroso bautizó la relación con las fuentes como ‘la cofradía del periodista’. Según ella, esta agenda que facilita la operación, la movilidad y que da seguridad, puede ser conformada por periodistas locales, por personas que conozcan el territorio mejor que uno: “Además, hablando con estas personas aprendes sobre la idiosincrasia de las comunidades, comprendes sus realidades y sus contextos. Todo esto ayuda a no revictimizarlos”.

También hablaron sobre las redes sociales, un arma de doble filo. En pleno auge allí pululan las noticias falsas y la desinformación. Uno de los apuntes más importantes realizados por los expertos es tener mucho cuidado con sus tentáculos que pueden confundir los objetivos genuinos del oficio.

En tiempos de redes sociales debemos hacer más periodismo que nunca”, dice Carolina Amoroso. La autora del libro “Llorarás, historia del éxodo venezolano”, asegura que es vital contrastar las fuentes, chequear la información y viajar al lugar del hecho para comunicar con un enfoque local, territorial. Las redes potencian el trabajo, pero si se utilizan como un atajo no hay ganancia y el periodista entra a formar parte de la madeja de desinformación.

Por su parte, para Óscar Martínez el periodismo ofrece un espacio de diálogo inteligente, complejo, al contrario del de las redes sociales. “Siempre debemos contrastar las fuentes, buscar información veraz y verificarla, analizar pruebas, dudar, cuestionar. Los verbos del periodismo no son ni serán los verbos de las redes”

También se puso sobre la mesa un tema sensible y que debe estar en el radar de los periodistas interesados en cubrir las migraciones. Por la magnitud de la movilidad humana el reportero no está exento de sufrir y padecer emocionalmente a partir de las historias de vida que conoce y con las que se involucra, porque también es un ser humano. “Debemos tener empatía ante los sentimientos de los migrantes, ofrecerles la mano, conocer sus caminos y escucharlos para que nos puedan ofrecer la visión de qué información necesitan”, afirma Mercado, quien agrega que es menester estar preparados y tener herramientas para lidiar con esos momentos y también con grupos difíciles de militares, coyotes, policías, hasta con personas del crimen organizado.

Este año, Carolina Amoroso trabajó en dos hechos que la marcaron: el primer éxodo de mujeres, niñas y niños en Ucrania, y la crisis en el Darién, un camino de tránsito entre Suramérica y Centroamérica en el que miles de personas y de familias atraviesan durante 7, 8, 9 días la selva. Según ella, muchas veces se soslaya el componente traumático de estas experiencias. “El periodista debe ir robusto emocionalmente, parte de nuestra preparación es también emocional, y entender que los migrantes sufren problemas de salud mental, una realidad que también debe contar”.

La ‘Sala de Formación y Redacción’ de Puentes de Comunicación es un ejercicio de pensamiento y de desarrollo vocacional. Un encuentro regional de debate y divulgación de conocimiento sin precedentes. Más de un centenar de periodistas que han participado del proceso de aprendizaje en años anteriores, y en esta tercera versión, bucean cada vez más profundo en las aguas de los fenómenos migratorios que hoy delinean y reconfiguran los mapas del continente americano. Y lo hacen guiados por especialistas con diferentes miradas y de distintas disciplinas.